SALUD MENTAL Y ADICCIONES: UNA PERSPECTIVA INTEGRAL, INCLUSIVA Y COMUNITARIA EN LOS MEDIOS

Las personas con padecimiento mental fueron históricamente estigmatizadas y discriminadas, al punto de ser recluidas en instituciones cerradas, negándoseles sus derechos como ciudadanos y excluyéndolos de la comunidad. La Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 reconoce a las personas con padecimiento mental en tanto sujetos de derecho que deben ser reconocidos como miembros de la sociedad en su calidad de ciudadanos e incluidos plenamente en ella. Asimismo, esta ley incorpora a las adicciones como parte de las problemáticas de salud mental, quitando el consumo adictivo de sustancias psicoactivas del campo del delito.

A nivel general se sigue transmitiendo -de diferentes maneras- una imagen errónea y negativa del padecimiento mental que afianza estereotipos, prejuicios y falsas creencias, y perjudica de manera directa los derechos e inclusión social de las personas con problemas de salud mental y del entorno más próximo (familiares, amigos, grupos de pares).

Para lograr el cumplimiento efectivo del derecho a la salud mental es necesario –entre muchas otras cuestiones- promover el uso correcto del lenguaje con denominaciones acordes al modelo comunitario y de inclusión social, evitando así la perpetuación de estigmas y discriminación a través de las palabras.

¿Cómo referirse a los usuarios de los servicios de salud mental?

Las personas, más allá de la circunstancia que estén atravesando, son ante todo personas.

Debe evitarse etiquetar a los individuos sustantivando su condición: ‘un esquizofrénico’, ‘un depresivo’, ‘un loco”; “un drogadicto”, “un borracho”, optando entre las siguientes denominaciones: “personas con padecimiento mental” (denominación que utiliza la Ley N° 26.657).

Para tener en cuenta

  • Información. Difundir conocimientos actuales sobre los padecimientos mentales, los tratamientos y pronósticos. Referirse a los dispositivos de salud mental y apoyo social por su nombre, en lugar de utilizar términos propios del viejo paradigma de atención tales como «reclusión, encierro, internamiento en centro psiquiátrico, manicomio».
  • Imágenes: Difundir imágenes positivas de personas con padecimiento mental en contextos normales de vida, en el trabajo, viviendo en la comunidad, etc.; en lugar de las frecuentes fotos de personas con la mirada perdida, tendidos en el suelo tapándose la cara o en largos pasillos oscuros con luz al final.
  • Protagonistas: Facilitar que sean las propias personas con padecimiento mental las que participen en los reportajes. Una idea errónea y estereotipada es que «no opinan, no tienen capacidad de decisión». En muy pocas ocasiones la información proviene directamente de personas con enfermedad mental y ocasionalmente puede venir de asociaciones de familiares.
  • Prejuicios. No asociar violencia con salud mental. Es bastante frecuente encontrar noticias relacionadas con eventos violentos en que se cita que el acusado (o presunto autor) padece una enfermedad mental. Generalmente son noticias que omiten cierta información y, por lo tanto, se produce un sesgo en el relato que conduce a mantener los prejuicios. Este tipo de noticias hace que se perpetúen ideas sobre las personas con un trastorno mental vinculadas directamente a la violencia, a la agresividad y a la peligrosidad, y que actúan de forma irracional, lo cual está comprobado es falso.
  • Palabras apropiadas. Evitar el uso inapropiado de términos del campo de la salud mental en otros contextos. Es frecuente encontrar noticias que no hacen referencia directa a la salud mental, en los que se utiliza terminología del campo médico para describir situaciones, personas o cosas que no tienen nada que ver. Por ejemplo, en el caso de la esquizofrenia, se usa a menudo para adjetivar una situación caótica, irracional, extravagante, etc.

El presente nos demanda a referentes de salud y comunicadores, tanto del sector público como privado, a comprometernos en el hacer cotidiano de trabajar en pos de la deconstrucción del viejo relato sobre la salud mental, con sus consecuentes estereotipos de los usuarios, aún vigentes en el discurso mediático, ya sea en el género periodístico como de la ficción; tanto en el medio audiovisual, radial, gráfico y en las redes sociales.

Líneas gratuitas: 107 Asistencia SAME – 135 Contención psicológica

Link del artículo completo: https://www.msal.gob.ar/images/stories/ryc/graficos/0000000799cnt-2018_recomendaciones-tratamiento-salud-mental-en-los-medios.pdf

Comisión de Salud Mental y Derechos Humanos

Reuniones jueves, 18hs., en el CPPC

Las/es/os invitamos a sumarse.

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